Hola amiga
El preocuparse nos puede ayudar a
tomar acción para resolver un problema. Pero si tu preocupación se basa en
ideas como el “hubiera”, “¿Qué pasaría si…?”, “¿Y si esto o aquello sucede? o
pensar en los peores escenarios, entonces la preocupación se convierte en un
gran problema. Las dudas y los temores persistentes nos paralizan, no motivan y
no son productivos. Te debilitan emocionalmente, elevan tus niveles de ansiedad
e interfieren con tu vida diaria.
Cuantas veces hemos estado
preocupadas y sufriendo por una situación que puede pasar y después de varios días
de intenso estrés no pasa nada, o la solución llego antes de lo esperado, mientras
tanto matamos muchas de nuestras neuronas y perdimos días de vida. Por eso amiga,
“no
crucemos el puente antes de llegar a él”
Hay que llevar la vida con calma,
pensando a pies firme y analizando las posibles soluciones que podemos darle a
ese problema que tanto nos estresa. Alguien dijo: “si el problema tiene solución…
¿para que preocuparse? – si el problema no tiene solución ¿para que
preocuparse?
No nos amarguemos por algo que quizás
nunca suceda, la mayoría de las veces las soluciones aparecen por si sola. Jamás
desesperes, aun estando en las más sombrías aflicciones, pues de las nubes
negras cae agua limpia y fecundante
Disfruta la vida es más
tarde de lo que crees
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